sábado, 23 de maio de 2015

Na praza tamén hai élites subordinadas á (erótica d)o poder



Hay un texto muy bonito de Pasolini que se titula “Fuera de palacio”. Empieza con Pasolini en la playa de Ostia leyendo un periódico y observando a los bañistas que abarrotan el lugar. Pasolini cree que el consumismo ha transformado a las clases populares, a las que él se siente leal, hasta convertirlas en una imitación grotesca de la burguesía. Y propone una idea tomada de un escritor del Renacimiento para explicarlo: la oposición entre el Palacio y la Plaza.
El Palacio es una trama oligárquica de élites políticas subordinadas al poder económico, que viven rodeadas de secreto y corrupción. La casta.
La Plaza somos la gente expulsada de la política institucional. Expulsada a través de nuestra propia degradación social. Expulsada de nuestra vida en común. La Plaza no logra entender lo que ocurre en Palacio porque el poder ha construido un gigantesco muro que mantiene sus manejos en secreto. Esa política que los ciudadanos no ven es un autoritarismo encubierto capaz de convivir con los mecanismos democráticos formales.
No voy a negar que estoy ligeramente desconcertado por el repentino entusiasmo electoral que me rodea. Personas que hace apenas unos meses sentían repugnancia física ante la perspectiva de tocar una papeleta en la que apareciera la cara de Pablo Iglesias han convertido a Manuela Carmena en un icono pop. Se me hace raro porque yo, que siempre he sido abstencionista, más bien necesito explicarme a mí mismo por qué voy a votar a una lista encabezada por un miembro de la judicatura, un colectivo profesional acerca de cuyos méritos morales y lealtades sociales tengo mis reservas.
  
César Renduelles


Engado:
Na praza tamén hai élites culturais subordinadas ao poder do seu peto  #ACulturapreocupa
De verdade vou ir votar?  #XornadadeReflexión  
Eu tamén te amo, Pier Paolo  #ResistenciaePracer

 

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